El camino de una selección a la que su gerente general Nelson Cruz llegó a describir como un “Equipo Soñado”, y cuyo dirigente Rodney Linares había dicho que cualquier resultado que no fuese ganar el Clásico Mundial sería un fracaso, terminó la noche del miércoles.
Con una rotación liderada por Sandy Alcántara y Cristian Javier, un bullpen envidiable y una toletería que totalizaba 19 premios Bate de Plata, la República Dominicana era considerada unánimemente como una de las grandes favoritas para ganar el torneo. Avanzar en el Grupo D, aun con la presencia de Puerto Rico y Venezuela, lucía como una formalidad cuando arrancó la acción en Miami el sábado.
Cuatro días después, en un loanDepot Park repleto con 36,025 personas, Linares y sus muchachos tuvieron que despedirse prematuramente tras caer 5-2 contra Puerto Rico.
“Sí, de mi parte sí”, respondió Linares en la rueda de prensa después del partido cuando le preguntaron si consideraba un fracaso la eliminación en primera vuelta. “Asumo la responsabilidad del juego y de haber perdido”.
Juan Soto, el mejor bateador de los dominicanos en todo el torneo, no quiso usar la palabra fracaso, diciendo: “Al final del día, alguien tiene que ganar y alguien tiene que perder. Nosotros venimos aquí con la mentalidad, pero no fue lo que esperábamos. Ellos jugaron buena pelota. Puerto Rico, Venezuela. Jugaron tremenda pelota y a veces hay que quitarse la gorra y reconocer lo que ellos han hecho”.
“Fue un momento impactante”, siguió Soto sobre la eliminación y lo que se vivió en el clubhouse, sacudido también por la lesión del cerrador puertorriqueño Edwin Díaz segundos después de terminado el desafío. “Nadie se esperó que en el primer round nosotros íbamos a terminar así. Pero así fue que Dios lo quiso. Se dijeron varias palabras, todo el mundo habló”.
La derrota contra Puerto Rico, en muchos sentidos, fue similar al primer juego ante Venezuela el sábado, en el que tropezaron 5-1. En ese duelo inicial, la potente ofensiva de los quisqueyanos dejó a 13 corredores en base y se fue de 12-0 con corredores en posición anotadora. El miércoles contra el Team Rubio, dieron dos hits en ocho turnos con gente en posición de anotar y se quedaron siete anclados en las almohadillas. Dejando un lado los encuentros contra Israel y Nicaragua, Dominicana hizo tres carreras.
Si bien Linares mencionó reiteradamente que él asumía la culpa de lo sucedido – “el que me quiera echar la culpa, que me la eche” – no dejó de lamentarse por esas oportunidades que no pudo capitalizar su ofensiva.
Particularmente, se refirió al quinto inning, cuando sus dirigidos llenaron las bases contra Alexis Díaz, con el corazón del lineup al acecho y el duelo 5-1 a favor de los boricuas. Pero Manny Machado bateó un rodado para dobleplay, trayendo una carrera, y Rafael Devers falló con un elevadito a tercera. Lo que parecía un episodio para mucho, terminó en muy poco.
“Nosotros tuvimos oportunidades de ganar el juego”, puntualizó Linares. “Teníamos bases llenas sin outs, el medio del lineup, y no pudimos”.
Lo sucedido en ese episodio, ofensivamente, fue una radiografía de la toletería de R.D. Sumando lo ocurrido ante sus dos grandes rivales del Caribe, entre Machado, Devers, Julio Rodríguez, Eloy Jiménez (inició ante P.R.) y Teóscar Hernández (comenzó contra Venezuela) se fueron de 32-3 sin carreras remolcadas.
¿Qué pasó? Linares mencionó tras el desafío ante Venezuela que había notado a su equipo “ansioso” y que era importante no dejarse dominar por el escenario.
“Yo creo que no tuvimos ninguna ansiedad, estuvimos siempre batallando”, terció Soto el miércoles en un primer momento rodeado de varios periodistas a las afueras del clubhouse. Pero luego sí reconoció que el de Dominicana era “un equipo bien joven, y a veces las cosas se ponían un poquito rápido”.
Soto tampoco quiso apuntar hacia Linares: “El dirigente hace su trabajo. Lo mío es jugar pelota”.
Linares no encontró, según su análisis, razones para cuestionarse o cosas que habría hecho distinta.
¿Traer un emergente por Devers? ¿Bajar a Rodríguez en el orden? ¿Mover la alineación?
“Esos son los jugadores que tenemos, los jugadores que yo iba a (poner a) jugar. Yo soy una persona que se basa en los números, en la data, y la data me decía que esos son los jugadores que tenían que jugar”, ripostó el piloto. “Vuelvo y repito: yo confiaba, o confío, en los jugadores. Eran los mejores, para mí, en el momento. Sé que perdimos la serie y nadie está más decepcionado que yo”.
¿Usar un bateador emergente por Francisco Mejía en la baja del sexto con dos outs y dos hombres en base, un turno en el que el careta terminó fallando con un elevado al derecho?
“Con un solo cátcher (en la banca, Gary Sánchez), a veces tú te amarras mucho las manos”, explicó Linares. “Tarde en el juego, podía venir ese turno contra Sugar (Edwin Díaz). Estábamos pensando guardar el bate de Jean (Segura) o de Teóscar para esa situación”.
Los guardó, en efecto, para enfrentar a Díaz en el noveno. Sin gente en base y tras empezar el inning ponchando a Ketel Marte, el taponero de los Mets retiró a los emergentes Segura y Hernández en fila con sendos ponches para apagar las luces de R.D. y mandar a Puerto Rico a cuartos de final.
No era, definitivamente, el final que había imaginado Linares. Ni para el juego, ni para el Clásico Mundial.
Escrito por Prensa MLB
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