A mediados de 1997 Diego Armando Maradona impulsó a los dirigentes de Boca Juniors a adquirir, junto al pase de Martín Palermo.
El de los mellizos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto sus archienemigos de la infancia, que así coincidieron en el mismo equipo.
Martín y Guillermo, incluso, debieron que compartir la misma habitación, y ambos cuentan la incomodidad que sentían en esos primeros momentos. Paradójicamente,
Martín y los mellizos se volverían muy buenos amigos personales, a la vez que la dupla que aquel formó con Guillermo en Boca.
Ha sido considerada como una de las más efectivas de la historia del fútbol argentino.
La transferencia se hizo por un valor de 3.500.000 dolares, de los cuales a Boca le correspondió el 51,68% en tanto que el 48,32% restante fue propiedad del fondo de inversión Boca Juniors.
Un polémico mecanismo financiero creado un año anterior por el entonces presidente del club Mauricio Macri.
Estudiantes por su parte mantuvo un derecho a percibir, en la siguiente transferencia, el 50% del excedente superior a los 4 millones de dolares.
Palermo integró como titular un equipo con grandes jugadores, como el propio Maradona, Claudio Caniggia, Walter Samuel, Guillermo y Gustavo Barros Schelotto.
Juan Roman Riquelme, los colombianos Jorge Bermúdez, Óscar Córdoba y el peruano Nolberto Solano.
Pero que tenia serios problemas de disciplina y que no ganaba ninguna copa desde el 1993.
Martín Palermo debuto oficialmente
El 3 de septiembre de 1997 debutó oficialmente en la victoria 1-0 ante el Cruzeiro de Brasil por la Sudamericana, cumpliendo una buena actuación a pesar de no conseguir marcar un gol.
Sin embargo sus primeras actuaciones no fueron convincentes, a la vez que la hinchada lo rechazaba y se burlaba de la torpeza de sus movimientos.
Su primer gol en Boca tardo 452 minutos en llegar, convirtiéndolo finalmente el 30 de septiembre contra Independiente (2-1) por el torneo Apertura 1997.
El gol clave que hizo fue el que hizo el 25 de octubre a River Plate siendo su primer gol en el superclásico.
En dicho torneo marcó 8 goles en 17 partidos (promedio 0,47), entre los que se destacan un triplete contra Deportivo Español y el ya mencionado a River Plate.
Palermo también comenzó a llamar la atención por sus excentricidades
Como el festejo del gol en el minuto final, que le dio el triunfo a Boca contra Gimnasia y Esgrima de La Plata el 7 de diciembre de 1997.
En el que se besó los botines con los colores de Estudiantes.
Boca realizó una excelente campaña en el torneo saliendo subcampeón, pero el logro fue opacado por el hecho de que River se consagrara tricampeón, con un solo punto más.
Ese mismo año marcó su primer gol en torneos internacionales ante Colo-Colo de Chile por la Supercopa Sudamericana en el empate 2-2, siendo su único tanto en cuatro partidos disputados.
Escrito por:Daniel Laya
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