El fútbol italiano está de luto. Bruno Pizzul, la inconfundible voz que acompañó a generaciones de aficionados, falleció en el hospital de Gorizia a pocos días de cumplir 87 años. Nacido en Udine el 8 de marzo de 1938, Pizzul siempre se consideró un ciudadano de Cormons, donde regresó a vivir con su esposa tras su jubilación.
Su trayectoria como comentarista deportivo comenzó en 1970, con un partido de play-off de la Copa Italia entre la Juventus y el Bolonia. Sin embargo, fue a partir del Mundial de México 1986 cuando se convirtió en la voz oficial de la selección italiana. Durante su carrera, narró los partidos de la azzurra en cinco Copas del Mundo y cuatro Eurocopas, dejando una huella imborrable en la memoria de los aficionados. Su último partido como comentarista fue el Italia-Eslovenia 0-1, disputado en Trieste en agosto de 2002.
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Bruno Pizzul y su carrera en el fútbol
Más allá de su labor como comentarista, Pizzul también tuvo una destacada carrera como futbolista profesional. Jugó como defensa central en varios equipos, incluyendo el Catania, el Ischia, el Udinese y el Sassari Torres.
La noticia de su fallecimiento ha generado una ola de reacciones en el mundo del deporte y la política italiana. La primera ministra, Giorgia Meloni, destacó su «voz histórica» y su capacidad para «acompañar a millones de italianos con competencia y pasión». «Fuiste un icono eterno del periodismo deportivo, destinado a permanecer para siempre en la historia del deporte y en los corazones de todos nosotros», concluyó Meloni.
Con la partida de Bruno Pizzul, el fútbol italiano pierde a una de sus voces más queridas y reconocidas. Su legado perdurará en la memoria de los aficionados que vibraron con sus narraciones.