La NBA ha suspendido indefinidamente a Draymond Green, alero de los Golden State Warriors, tras un incidente violento en el que golpeó en la cara a Jusuf Nurkic, pívot de los Phoenix Suns. Esta es la tercera expulsión de Green en la temporada, y la última fue hace aproximadamente un mes, cuando en un conato de pelea casi estranguló a Rudy Gobert, pívot de los Minnesota Timberwolves, y fue suspendido solo cinco juegos, lo que al parecer no escarmentó al jugador con más eyecciones del presente campeonato.
“Este resultado tiene en cuenta el historial repetido de actos antideportivos de Draymond Green”, anunció la NBA este miércoles para justificar la medida de alejamiento indefinido de las canchas para el jugador. Y para regresar, Green tendrá que cumplir ciertos requisitos que aún no han sido especificados por la liga.
A pesar de la suspensión, los Golden State Warriors siguen comprometidos con el controversial jugador. “Se trata de ayudar a Draymond. Es una oportunidad para que Draymond se aleje y haga un cambio”, dijo Steve Kerr, entrenador de los Warriors, antes del partido contra Los Angeles Clippers el jueves.
La suspensión plantea grandes interrogantes tanto para Green como para los Warriors. Golden State se encuentra actualmente fuera del play-in de la Conferencia Oeste, en el puesto 11 con un récord de 10-13, y tendrán que navegar, sin saber hasta cuando, sin una de sus principales estrellas.
Green, quien firmó un contrato de cuatro años y 100 millones de dólares con una opción de jugador, perderá 153,941 dólares por juego si es suspendido menos de 20 partidos. Pero si son más de 20 juegos, dejará de percibir un total de 202,922 dólares por encuentro.
Con 20 expulsiones en su carrera, Green solo es superado en la historia de la NBA por Rasheed Wallace.