Dios debe ser del Real Madrid

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No han sido más que sensaciones inexploradas por los fanáticos, pelos de punta, sensación de llorar, querer gritar y resonar el famoso «¿Cómo no te voy a querer?» a toda onda posible. El Real Madrid y el Santiago Bernabéu conectados son inefable.

 

La sensación del Manchester City de estar en la final de París fue efímera, un torrencial madrileño acabó el sueño citizens en un abrir y cerrar de ojo, la voluntad merengue fue inmarcesible y valió para lograr lo inesperado.

 

El ADN del Real Madrid ha sido basado en una simple epopeya que ha revolucionado el mundo del balompié, sin embargo, lo que rodea al conjunto es mística, magia e historia, el peso de un escudo inquebrantable y la grandeza forjada en 120 años de historia.

 

 

 

El madridismo es una sensación frenética, -Parte de la vida- lo consideran algunos hinchas, las noches de Champions para ellos parecen ser dignas de un guión de Hollywood, hazañas y gloria, un remake perfecto al clásico «Duro de matar«.

 

Debido a las «Noches Mágicas«, el 13 veces campeón de Europa sigue siendo el protagonista de las pesadillas de muchos fanáticos del viejo continente.

 

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El jugador 12.

 

Si bien es visto, el rugir y empuje de algunos recintos es complementario a lo que puedan lograr los equipos en el terreno, un club sin hinchada que empuje es un carro sin combustible.

 

Numerosos equipos cuentan con memorables hinchadas, pero pocas son retribuidas con hazañas de tal magnitud como la que se vivió el miércoles por la tarde gracias al Real Madrid.

 

Aún muchos se intentan explicar cómo más de 50.000 personas gritaban y alentaban al unísono a su equipo durante 120′ minutos, lágrimas y manos en la nuca eran las imágenes más repetidas en los graderíos, pocos creían en la gesta.

 

 

El Real Madrid tiene en su haber una frase icónico y muy respetada, «Hasta el final, vamos Real«, valor de más le ha dado el club en esta ronda eliminatoria.

 

Resurgieron como el Fénix ante el París Saint-Germain, Liquidaron al Chelsea en el extremis del encuentro y ahora entierran las aspiraciones de los dirigidos por Pep, una remontada antagónica que quedará en el recuerdo de cada ser humano hincha de este deporte.

 

Las palabras son por demás, lo más próximo a intentar explicar la gesta, nadie entiende lo inconmensurable de esta historia, o sí pinta para sempiterno, pero existe más allá una pregunta que quizás muchos se han realizado, ¿Es Dios Madridista?

Escrito por: Adrián Bonilla

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