Publicado por En 1966, un equipo de fútbol proveniente de una nación aislada y envuelta en la Guerra Fría logró lo impensable: llegar a los cuartos de final de la Copa del Mundo. La Selección de Corea del Norte, con un juego simple pero efectivo, dejó atónitos a los expertos y aficionados del fútbol mundial.
Ni los más grandes expertos hubieran imaginado lo que lograría la Selección de Corea del Norte ese año en tierras inglesas. Sin duda una de las gestas más heróicas de la historia de los mundiales de fútbol.
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Corea del Norte y un cuento de hadas asiático
Los Chollima, como se les conocía, comenzaron su camino en Inglaterra con un empate ante Chile y una derrota ante la Unión Soviética. Sin embargo, la mayor sorpresa de Corea del Norte llegó en el segundo partido de la fase de grupos cuando derrotaron por 1-0 a la poderosa Italia, una selección que contaba con figuras como Giacinto Facchetti y Sandro Mazzola.
La euforia asiática alcanzó su punto máximo en los cuartos de final ante Portugal. Los norcoreanos sorprendieron al mundo al ponerse en ventaja 3-0, gracias a goles de Pak Seung-Zin, Yang Seung-Kook y Kim Yong-Mu. Sin embargo, la experiencia y la calidad individual de los lusos, liderados por Eusébio, terminaron por decantar la balanza a su favor con un marcador final de 5-3.
Corea del Norte y un legado que perdura
A pesar de la derrota, la participación de Corea del Norte en el Mundial de 1966 sigue siendo recordada como una de las mayores sorpresas en la historia de las Copas del Mundo. Los Chollima demostraron que, con disciplina, pasión y un juego colectivo bien organizado, cualquier equipo puede alcanzar la gloria.
Los asiáticos vivieron un sueño hecho realidad, en una Copa del Mundo en la que nadie apostaba un céntimo por ellos, si embargo avanzaron a cuartos de final y terminaron vendiendo cara su derrota ante la selección portuguesa.
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