A Luis Torrens no le gusta improvisar. Lo suyo es planificar. Meticuloso, se esmera en informarse, grandeliga al fin. Así como Alex Delgado llevaba su cuaderno de apuntes cuando era el señor de los anillos del beisbol venezolano, el catcher magallanero se guía con su chuleta cargada de datos útiles para conducir a sus lanzadores a puerto seguro.
Al llegar a Tiburones de La Guaira como refuerzo de postemporada, Torrens desarrolló una relación simbiótica con Rubén López, el “analítico” de los escualos. Combinando intuición con sistematización, Torrens contribuyó decisivamente a transformar el maltrecho pitcheo escualo en instrumento determinante de su éxito entre Round Robin y final.
López provee a Torrens de insumos tales como dónde hace swing el bateador contrario, dónde busca, y golpea los pitcheos fuera de la zona, qué tipo de lanzamientos castiga y cuáles lo desarticulan, si hala la bola, si la eleva, si es agresivo. Torrens ve los gráficos y sabe que debe alejar a sus monticulistas de los puntos rojos, donde corren grave peligro.
Todo ese material se apiña entre los bordes de la hojita que el careta valenciano de 27 años de edad lleva consigo junto a sus aperos de receptor. Por eso, el cuerpo monticular de los salados funciona mejor cuando es Torrens quien conduce a los escopeteros. Entre ronda eliminatoria y semifinal, la efectividad de los pitchers guairistas cuando Torrens los orienta fue de 2.84, contra 4.68 con Sebastián Rivero, 4.77 con José Briceño y 5.47 con Francisco Arcia.
“Uno debe tener la mente abierta porque es información de utilidad para uno y en una final cualquier detalle cuenta”, reconoce Torrens. “Así como mi trabajo es quechar, el de ellos es aportarnos información y así ir más preparado a los juegos”.
El cúmulo de información puede llegar a ser abrumador, y el catcher debe procesarlo en tiempo real. “Uno se acostumbra”, dice Torrens. “Me gusta sentirme preparado, y ese proceso comienza antes de los juegos para no llegar a improvisar. Me reúno con Rubén y repasamos todas las circunstancias, qué podemos mejorar, a qué debemos darle continuidad y aplicar durante el juego.
Por más que opte por la planeación, siempre hay un componente de intuición cuando un cátcher maneja el pitcheo. “Es un cincuenta y cincuenta”, sostiene Torrens. “También cuenta tu experiencia. Vas viendo los swings de los adversarios y cómo están los envíos del lanzador”.
Torrens siempre le ha prestado atención a la información como palanca para el éxito, y La Guaira se la suministra. Entre los recursos a disposición de los jugadores, la organización encargó un programa de edición de video con el cual estudiar los juegos y detectar los patrones de conducta de los peloteros sobre el campo. Esa inteligencia doméstica se cruza con los datos numéricos extraídos de Ligas Menores y algunos circuitos invernales para así determinar si hay alguna alteración de las tendencias y aplicar el correspondiente factor de corrección. Con esos videos, el cuerpo técnico de los litoralenses puede saber si un pelotero está haciendo aquí lo que dicen los números que hace allá; y facilita la radiografía de aquellos jugadores sin militancia en sistemas como MLB.
“Pero también uno mismo debe saber cuándo algo está funcionando y cuándo no y en qué momento llevarle la contraria a la sabermetría. El juego te va dictando todo eso”, expone Torrens. “Puedes saber que el slider le hace daño a determinado bateador, pero si él está esperándolo dices: ‘ya va, déjame sorprenderlo, variar lo que dice la analítica. Puede pasar que el slider sea el mejor argumento de tu pitcher, pero ese día no lo tiene. También debes dejarte llevar por los instintos, por lo que vas viendo”.
Con ese balance entre mecanización e inspiración, Torrens se ha vuelto un aventajado lazarillo para los pitchers. Súmenle a eso sus dos jonrones, seis remolcadas, diez bases alcanzadas, 1.111 de slugging y 1.468 de OPS con al bate y tendrá la ecuación de un potencial Más Valioso.
EL DATO
Luis Torrens sólo disputó en la receptoría 13 de sus 38 juegos de la ronda eliminatoria con Navegantes del Magallanes, dividiendo su acción al campo como inicialista y camarero. De los tres cátchers nautas que acumularon 90.0 entradas o más detrás del plato (junto a René Pinto y Carlos Pérez), Torrens fue el que le hizo dejar efectividad (4.83) y WHIP (1.45) más bajo a los lanzadores.
Escrito por Prensa LVBP