En un emocionante enfrentamiento el miércoles, los Philadelphia 76ers se midieron a los Minnesota Timberwolves, líderes de la NBA; y el Wells Fargo Center fue testigo de una extraordinaria demostración de talento y determinación. Los Sixers salieron victoriosos con una contundente victoria por 127-113, y el hombre del momento no fue otro que el camerunés Joel Embiid.
Joel Embiid, el imponente pívot de los Sixers, realizó una actuación extraordinaria que dejó boquiabiertos tanto a los fanáticos como a los oponentes. Al anotar 51 puntos con un eficiente 17 de 25 en tiros de campo, Embiid mostró su destreza ofensiva. Pero no se trataba sólo de los puntos; también capturó 12 rebotes, afirmando su dominio en la zona pintada.
La notable consistencia de Embiid lo ha llevado a codearse con la élite del juego. Con esta última hazaña, extendió su racha a 12 juegos consecutivos con al menos 30 puntos y 10 rebotes. ¿La última vez que se logró tal racha? Se remonta al legendario Kareem Abdul-Jabbar durante la temporada 1971-72.
A pesar de los elogios individuales, Embiid se mantiene firme. Cuando se le preguntó acerca de sus impresionantes números, respondió: «Nada. Estamos ganando. Eso es todo lo que importa». Su máxima atención está puesta en el premio final: un campeonato de la NBA. Para Embiid, las estadísticas son secundarias; Las victorias definen su propósito.
Es un hecho, la actuación de Embiid repercute más allá de las estadísticas. Los compañeros de equipo, oponentes y entrenadores reconocen su impacto. El entrenador de Philadelphia, Nick Nurse, lo resumió sucintamente: «Está al mismo nivel que algunos de los grandes de todos los tiempos». La liga se da cuenta, y los Sixers se suben a la ola del africano hacia la contienda por el codiciado título.