Valoración adecuada de una labor monticular

Antonio Frías y Gerson Garabito son dos piezas claves del picheo de León en los últimos dos partidos del equipo metropolitano en la Liga Profesional Nicaragüense, gracias al aporte de ellos, el staff de lanzadores de los melenudos no permite carreras en 18 entradas que les ha permitido posicionarse en el primer lugar del Round Robin con cuatro triunfos en fila. El desempeño de cada uno es un ejemplo para realizar un escrutinio adecuado de valoración que dicta la calidad de un trabajo monticular.

De manera superficial el deporte se valora por los resultados o por cifras tradicionales, no obstante, para obtener análisis precisos, respuestas que disipen las dudas, se deben evaluar las formas; los cómo, los por qué, las estadísticas avanzadas, todos esos elementos ofrecen un aprendizaje.

El tirador canalero tuvo una apertura ante el Tren de Norte de 6.1 innings en el box, no permitió imparables, no le fabricaron anotaciones; ponchó a 3, concedió 7 bases por bolas, fue el protagonista principal de una hazaña, un juego sin hits ni carreras combinado, la segunda gesta de esta índole en la nueva etapa de la pelota de mayor nivel pinolera, la anterior fue esculpida por el brazo de Lenín Picota en un compromiso de serie final frente a León.

En cambio, el quisqueyano contra los Indios del Bóer realizó una labor de 8 capítulos, ponchó a 10, apenas le conectaron 3 hits, golpeó a uno, no otorgó pasaportes al primer costal, una salida dominante que implosionó a la fuerte artillería de la novena capitalina. A primera vista, la salida del zurdo panameño se cataloga como superior, intratable, indescifrable u otro adjetivo que resaltar su gran actuación, sin embargo, no es así, la del derecho dominicano fue mejor y más dominante.

El primer parámetro de valoración de la calidad de un pícher es permitir carreras lo menos posible, tanto Frías y como Garabito cumplen con eso, no les anotaron ni sucias ni limpias, ahora viene el factor que inclina la balanza del trabajo de cada uno, los hombres que alcanzaron pisar las bases. A Antonio se le embasaron siete oponentes, mientras tanto, a Gerson 4, el otro renglón son los ponches, tres contra diez, una diferencia notable para el quisqueyano, de valor agregado, la ruta de recorrido en la presentación, 6.1 es inferior a 8.

Las bases por bolas han sido menospreciadas erróneamente por años, pero un carabinero que da varias, es sinónimo de descontrol. Las cuatro bolas malas poseen el mismo resultado que el sencillo, llegar a primera base. Si bien los boletos a las almohadillas no afectan el porcentaje de bateo a favor de un cañonero o en contra de un serpentinero. Sí lo hacen en renglones que son más incidentes que el average de bateo de alguien que se coloca en el plato o en el box como, el porcentaje sobre las bases, el OPS y el WHIP.

Bills James inventó una divertida fórmula de 100 Game Score, es simple, sumas puntos: uno por out coleccionado, en otras palabras, se archivan tres en cada entrada completa, uno por cada ponche, se adhieren dos más por cada inning consumado después del cuarto. Se arranca con 50, se restan uno por bases por bolas, golpe, dos por hit, cuatro por carrera limpia permitida, dos por las anotaciones sucias. Con esta ecuación las notas de Frías fueron 50+19+3+2-7, el resultado 67 unidades. Garabito, por su parte, compiló 50+24+10+8-6-1, para un total de 85.

Sócrates, era un profesor que no enseñaba, solo estimulaba el conocimiento de sus alumnos caminando junto a ellos y haciéndoles preguntas. Hallaron el sendero a las respuestas contestando esas interrogantes. El filósofo griego, los inspiró a aprender. Este ejercicio de comparación de las aperturas de Frías y Garabito ha sido uno de aprendizaje, más allá de lo que se encuentra a simple vista, lo superficial.

Escrito por: Helmut Canales

Twitter: @HelmutCanales

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