McGwire

¡Marc McGwire es el bateador de más poder en la historia de la MLB !

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Marc McGwire es uno de los bateadores con más poder en la MLB, su historia es digna de una pelicula de Hollywood y es un sinonimo de las siglas HR.

A pesar que no se emiten los reconocimientos que merece por sus batazos, Mark McGwire es el jonronero más prolífico y temible de todos los tiempos. Existen dos argumentos fuertes que mantienen ‘Big Mac’ fuera del ostracismo del tiempo y el espacio.

El primero es su frecuencia de cuadrangulares de por vida, que es de un bambinazo cada 10.6 turnos al bate. Ese porcentaje de tablazos de cuatro bases, es más alto que el que posee Babe Ruth, Barry Bonds, Hank Aaron o cualquier otra persona que haya puesto sus spikes en el cajón de bateo en un inmueble de MLB.

El segundo es la facilidad con que conectaba estacazos monstruosos. Eran de más de 500 pies de altura ante los lanzadores que enfrentó en su recorrido de 16 temporadas por las Grandes Ligas, ataviado con las franelas de los Atléticos de Oakland (1986 a 1997) y de los Cardenales de San Luis (1997 a 2001).

Record en la MLB

Con los californianos implantó un récord de jonrones conectados en una campaña para un novato con 49 en 1987. Esa marca se mantuvo vigente hasta 2017, cuando Aaron Judge la rebasó con 52 batazos de cuatro almohadillas en 2017. A la postre, la proeza del bombardero de los Yanquis fue superada por Pete Alonso con 53 pelotas enviadas a las graderías detrás de los jardines en 2019.

Por cierto, el inicialista de los Mets por su físico y mecánica de bateo gráfica muchos rasgos de semejanza con Mark McGwire

Mientras tanto, con la novena de la ciudad del Estado de Missouri, patentó una marca de jonrones para un curso, con 70 en 1998. Con Sammy Sosa esbozó una reyerta de batazos indeleble que nadie se quería perder. En 2001 Barry Bonds con 73 cuadrangulares dejó atrás la proeza del integrante del conjunto norteamericano para los Juegos Olímpicos de 1984.

Fue el azote de cualquier serpentinero que enfrentó, ya fuera Greg Maddux, Mariano Rivera, Dennis Martínez, Orel Hershiser o Randy Johnson. Estos son algunos nombres que engalanan del listado de víctimas que fueron sentenciadas con el castigo proveniente de su madero. A ‘The Big Unit’ le conectó un jonrón de 538 pies. ¡Qué pavor debió sentir el zurdo esa vez!

Más argumentos a su favor

Daryl Morey el otrora Gerente General de los Rockets de Houston, actualmente es de los Sixers de Filadelfia, asevera que los porcentajes o frecuencias son parámetros más fiables que las cifras totales para determinar la incidencia del rendimiento de un jugador.

Esa fórmula de valoración generó el éxito del quinteto texano en su gestión. Esa ecuación dio a conocer la calidad de James Harden que no fue aprovechada al máximo por el Thunder de Oklahoma.

Si alguien se basa en el planteamiento de Morey se puede conocer el poder extraordinario que ostentaba Mark McGwire.

Después de la frecuencia de 10.6 jonrones que el ostenta, la más cerca es el 11.7 de Babe Ruth.

pocas palabras, esto se traduce así, por cada 500 turnos al bate, “El Sultán del bateo” promedió 43 tablazos. En cambio, el dirigido por Tony La Russa plasmó un porcentaje 47 estacazos por cada 500 visitas al plato.

 

En 1995, conectó 39 jonrones en 317 turnos al bate. Es decir uno cada 8.1 periplos al home plate. No obtuvo los turnos suficientes para calificar, pero si lo hubiera hecho, ese fuera sido el porcentaje de bambinazos más alto en la historia del mejor beisbol sobre la faz de la tierra.

Al año siguiente, mandó 52 bolas hecha de costuras más allá de los bosques de un campo de juego en 423 oportunidades al bate.

Eso es un tablazo cada 8.1 veces que enfrentó a un pícher. Se convirtió en el dueño del récord del mayor promedio de pelotas enviadas a las graderías en una sola temporada.

En 1997, conectó 58 cuadrangulares en 540 ocasiones al bate. Eso fue un tablazo en cada 9.3 turnos… Una regresión con respecto a la temporada anterior.

No obstante, era la frecuencia más alta que todas las temporadas en la historia de MLB hasta ese momento, excepto de las de Babe Ruth en 1927 y 1921.

A medida que avanzaba la temporada de 1998, quedó claro que Mark McGwire, el jardinero de los Marineros de Seattle Ken Griffey Jr. y el patrullero de los Cachorros de Chicago Sammy Sosa, estaban en camino de romper el récord de jonrones de una sola temporada que pertenecía a Roger Maris.

El sendero de estos tres peloteros tras el acecho de la marca del zurdo que la esculpió con los Yanquis, atrajo la atención de los medios, ya que el líder del batazo más famoso del rey de los deportes, cambió a menudo a lo largo del año.

Para el 19 de agosto era un duelo de tú a tú entre el integrante de los Cardenales ante el de los Cachorros. El quisqueyano conectó su bambinazo número 48 para adelantarse a McGwire; sin embargo, más tarde ese día, el norteamericano publicó sus jonrones 48 y 49 para recuperar el liderato. En esa fecha Griffey estaba atrás con 42 y culminó el curso con 56.

El 8 de septiembre de 1998, McGwire le conectó un batazo a Steve Trachsel de los Cachorros sobre la pared del jardín izquierdo para agregar su jonrón 62 de la temporada, iniciando celebraciones masivas en el Busch Stadium.

El hecho de que el juego se fraguó contra la organización proveniente de la “Ciudad de los Vientos”, significó que Sosa pudo felicitar personalmente a su rival, por su logro. Miembros de la familia de Maris también estuvieron presentes en el compromiso.

Mark McGwire terminó la temporada 1998 con 70 jonrones (incluidos cinco en sus últimos tres juegos), cuatro por delante de los 66 de Sammy Sosa.

Sus 70 tablazos fueron en 509 turnos al bate, eso significa uno cada 7.3 oportunidades que encaró a un lanzador, algo impresionante y casi inexplicable para la lógica del ser humano. La mayoría de esos batazos fueron bombas titánicas que medían más de 500 pies de altura.

La longitud que viajaban esos cohetes se convirtió en una acción rutinaria. Incluso los tiradores no pudieron evitar sentir un orgullo cada vez que lo dominaban al enfrentarlo.

Salvó el beisbol de MLB junto con Sammy Sosa

La temporada de 1998 fue una de las campañas más indelebles y emocionantes en la historia del béisbol. Si alguna vez Babe Ruth salvó el juego con sus jonrones, esa disputa entre Mark McGwire y Sammy Sosa tras la persecución del récord de 61 batazos de cuatro esquinas de Roger Maris se le debe dar un crédito similar al del ‘Bambino’.

MLB se encontraba en un estado de semi muerte, consecuencia de la huelga de 1994. Las pelotas que emitían los maderos de McGwire y Sosa pusieron al juego en primera plana de los periódicos y demás medios en Estados Unidos.

Muchos aficionados que se habían retirado de los estadios, estuvieron de vuelta en los parques de pelota y otros que eran unos niños en ese entonces estaban pegados a la pantalla de un televisor para ser testigos de lo realizado por ambos tronqueros.

Otras pruebas del  poder de Marc McGwire

De 1988 a 1990, McGwire conectó 32, 33 y 39 jonrones, respectivamente, siendo el primer beisbolista de Ligas Mayores en dar más de 30 cuadrangulares en cada una de sus primeras cuatro temporadas También posee un récord de 1998 a 1999 de tablazos en un período de dos temporadas con 135. Es dueño del registro más alto de estacazos en cuatro campañas con 245 de 1996 a 1999.

En el último año de la década de los noventa fue líder en carreras impulsadas en la Liga Nacional con 147 conectando solo 145 hits.

Es el más alto productor de anotaciones para una temporada por imparable materializado en los anales de MLB. Además, demostró una paciencia ejemplar con el madero, produciendo un porcentaje de carrera de .394 en base (OBP) y liderando dos veces las Ligas Mayores en bases por bolas.

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Asi finalizó la carrera de Bic Mac

Finalizó su carrera con 583 jonrones, fue el quinto más alto en los registros de Grandes Ligas en el momento que se retiró. En aquella época bateó su cuadrangular número 500 en 1999.

lo hizo en 5,487 turnos al bate, la menor cantidad en la historia de la Gran Carpa. Un año después de conectar 70 batazos de cuatro almohadillas, esbozó 65 en 521 ocasiones, uno cada ocho visitas al home. Por si fuera poco encabezó la liga en bambinazos en cinco temporadas diferentes.

Si McGwire hubiese consumado los turnos de Barry Bonds (9847), la proyección que ostentará en jonrones es de 928 tablazos.

A Atila, el rey de los Hunos, nadie le quita mérito de haber acabado con el Imperio Romano, a pesar de estaban en decadencia por pleitos entre ellos, la ciudad fundada por Rómulo y Remo era una sombra en comparación a sus años dorados. Es por eso, que no hay que quitarle reconocimiento a los jonrones de “Big Mac”. El bárbaro fue del mundo el azote, por su parte Mark McGwire fue el verdugo más temible de los pícheres que enfrentó

Escrito por: Helmut Canales/ Twitter: @HelmutCanales Correo: helmutcanales@hotmail.com

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